Extensión de la Línea 2C del Metro de Santo Domingo avanza con lentitud y genera dudas sobre plazos
Santo Domingo, R.D. – La esperada extensión de la Línea 2C del Metro de Santo Domingo, que conectará la estación María Montez con el municipio de Los Alcarrizos, continúa en marcha pero con un ritmo que dista considerablemente del inicialmente proyectado. A pesar de la magnitud de la obra y su impacto potencial para miles de ciudadanos, el progreso visible en las construcciones parece haberse estancado en los últimos meses, lo que ha generado incertidumbre entre los residentes y usuarios potenciales del sistema.
Panorama general: estructuras casi listas, pero sin avances aparentes
Un recorrido reciente por la zona permitió constatar que, si bien la mayoría de las estaciones lucen estructuralmente completas desde el exterior, permanecen cerradas perimetralmente con paneles de aluzinc y mallas metálicas que impiden una inspección visual completa del interior. Esta barrera física ha contribuido a aumentar la especulación entre la población, ya que no se perciben avances tangibles desde el exterior.
Muchas de las edificaciones muestran el mismo estado de construcción desde hace meses. Las terminaciones, instalaciones eléctricas, sistemas de señalización y demás elementos fundamentales para la operatividad del metro aún no se visualizan, lo que sugiere una desaceleración del ritmo de trabajo.
Presencia de obreros y maquinaria, pero sin dinamismo
Aunque en algunos tramos es posible ver obreros, camiones y maquinaria pesada realizando tareas puntuales, el ambiente general transmite una sensación de pasividad. Esta lentitud contrasta con la urgencia de una obra que busca mejorar significativamente el sistema de transporte en una de las zonas más congestionadas del Gran Santo Domingo.
Los residentes de Los Alcarrizos y zonas aledañas, quienes albergan grandes expectativas por los beneficios de este proyecto, expresan preocupación ante la posibilidad de nuevos retrasos que posterguen aún más su inauguración.
Promesas oficiales y expectativas reales
El proyecto, iniciado en febrero de 2022, abarca un trayecto de 7.3 kilómetros que busca conectar a decenas de miles de ciudadanos con el corazón del sistema de transporte capitalino. Según las autoridades, se espera que las pruebas operativas inicien en septiembre de 2025, y que el metro entre en funcionamiento formalmente en febrero de 2026.
No obstante, las condiciones actuales de la obra ponen en entredicho la factibilidad de cumplir con estos plazos sin contratiempos. A medida que se acerca la fecha de las pruebas operativas, crece la presión sobre la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET) y demás entidades responsables del proyecto.
Un proyecto clave para la movilidad urbana
La extensión de la Línea 2C no solo representa una mejora en el acceso al transporte para los habitantes de Los Alcarrizos, sino también un paso importante hacia la descongestión vehicular de la autopista Duarte y vías adyacentes. Esta obra promete reducir tiempos de traslado, costos de transporte y la huella ambiental del tráfico vehicular.
Sin embargo, la lentitud en su ejecución amenaza con diluir ese impacto positivo si no se logra cumplir con los tiempos estipulados. Por ahora, los ojos siguen puestos en la obra, esperando señales claras de reactivación y cumplimiento de los cronogramas.
Extensión de la Línea 2C del Metro de Santo Domingo avanza con lentitud y genera dudas sobre plazos Santo Domingo, R.D. – La esperada extensión de la Línea 2C del Metro de Santo Domingo, que conectará la estación María Montez con el municipio de Los Alcarrizos, continúa en marcha pero con un ritmo que dista considerablemente del inicialmente proyectado. A pesar de la magnitud de la obra y su impacto potencial para miles de ciudadanos, el progreso visible en las construcciones parece haberse estancado en los últimos meses, lo que ha generado incertidumbre entre los residentes y usuarios potenciales del sistema. Panorama general: estructuras casi listas, pero sin avances aparentes Un recorrido reciente por la zona permitió constatar que, si bien la mayoría de las estaciones lucen estructuralmente completas desde el exterior, permanecen cerradas perimetralmente con paneles de aluzinc y mallas metálicas que impiden una inspección visual completa del interior. Esta barrera física ha contribuido a aumentar la especulación entre la población, ya que no se perciben avances tangibles desde el exterior. Muchas de las edificaciones muestran el mismo estado de construcción desde hace meses. Las terminaciones, instalaciones eléctricas, sistemas de señalización y demás elementos fundamentales para la operatividad del metro aún no se visualizan, lo que sugiere una desaceleración del ritmo de trabajo. Presencia de obreros y maquinaria, pero sin dinamismo Aunque en algunos tramos es posible ver obreros, camiones y maquinaria pesada realizando tareas puntuales, el ambiente general transmite una sensación de pasividad. Esta lentitud contrasta con la urgencia de una obra que busca mejorar significativamente el sistema de transporte en una de las zonas más congestionadas del Gran Santo Domingo. Los residentes de Los Alcarrizos y zonas aledañas, quienes albergan grandes expectativas por los beneficios de este proyecto, expresan preocupación ante la posibilidad de nuevos retrasos que posterguen aún más su inauguración. Promesas oficiales y expectativas reales El proyecto, iniciado en febrero de 2022, abarca un trayecto de 7.3 kilómetros que busca conectar a decenas de miles de ciudadanos con el corazón del sistema de transporte capitalino. Según las autoridades, se espera que las pruebas operativas inicien en septiembre de 2025, y que el metro entre en funcionamiento formalmente en febrero de 2026. No obstante, las condiciones actuales de la obra ponen en entredicho la factibilidad de cumplir con estos plazos sin contratiempos. A medida que se acerca la fecha de las pruebas operativas, crece la presión sobre la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET) y demás entidades responsables del proyecto. Un proyecto clave para la movilidad urbana La extensión de la Línea 2C no solo representa una mejora en el acceso al transporte para los habitantes de Los Alcarrizos, sino también un paso importante hacia la descongestión vehicular de la autopista Duarte y vías adyacentes. Esta obra promete reducir tiempos de traslado, costos de transporte y la huella ambiental del tráfico vehicular. Sin embargo, la lentitud en su ejecución amenaza con diluir ese impacto positivo si no se logra cumplir con los tiempos estipulados. Por ahora, los ojos siguen puestos en la obra, esperando señales claras de reactivación y cumplimiento de los cronogramas.