Congreso de EE.UU. aprueba plan fiscal de Trump en medio de tensiones internas
En una jornada marcada por tensos debates y presiones políticas, el Congreso de los Estados Unidos aprobó este martes un ambicioso plan fiscal y presupuestario impulsado por el expresidente Donald Trump. La aprobación se logró en el límite del tiempo, justo antes del 4 de julio, fecha simbólica por celebrarse el Día de la Independencia del país, lo que era clave para la estrategia política del exmandatario.
La iniciativa, considerada uno de los proyectos más emblemáticos de la actual etapa política, logró finalmente la aprobación en la Cámara de Representantes con una votación de 218 votos a favor y 214 en contra, un margen estrecho que reflejó las divisiones internas dentro del propio Partido Republicano, que tiene mayoría en dicho órgano legislativo.
Dado lo ajustado del margen, los líderes republicanos solo podían permitirse tres deserciones entre sus filas para evitar que el plan fracasara. A pesar de los esfuerzos coordinados desde la Casa Blanca para asegurar el respaldo completo del bloque conservador, dos legisladores republicanos rompieron filas y votaron en contra del paquete fiscal: Thomas Massie, de Kentucky, y Brian Fitzpatrick, de Pensilvania.
Ambos legisladores expresaron públicamente sus reservas respecto a ciertas disposiciones incluidas en el proyecto. Massie mostró su preocupación por el impacto que esta reforma tendría sobre el déficit fiscal y la deuda pública del país, aspectos que históricamente han sido banderas del conservadurismo fiscal. Por su parte, Fitzpatrick objetó algunos recortes presupuestarios relacionados con programas de transición energética y sostenibilidad ambiental, advirtiendo que estos podrían poner en riesgo los avances logrados en materia de energía limpia y cambio climático.
La presión sobre los congresistas fue intensa. Fuentes cercanas al liderazgo republicano aseguraron que hubo múltiples reuniones privadas, llamadas desde la Casa Blanca y advertencias directas de consecuencias políticas para quienes no se alinearan con la postura oficial del partido. El propio Trump, fiel a su estilo, no dudó en lanzar amenazas abiertas a quienes consideraba "desleales", llegando incluso a insinuar que podrían enfrentarse a candidatos respaldados por él en las próximas primarias.
El plan fiscal aprobado incluye una serie de medidas orientadas a reducir impuestos a empresas, reformar el sistema de gasto público y ajustar partidas presupuestarias que, según sus defensores, estimularán la inversión privada y el crecimiento económico. Entre los puntos más controvertidos se encuentran recortes en programas sociales, cambios en la financiación de energías renovables y el incremento del gasto en defensa y seguridad nacional.
Para Trump y sus aliados, esta aprobación representa una victoria política significativa que refuerza su liderazgo dentro del partido, especialmente en un contexto donde busca posicionarse nuevamente como figura determinante de cara a los comicios. El simbolismo de haber logrado la aprobación justo antes del Día de la Independencia no pasó desapercibido: el expresidente lo celebró con un mensaje en redes sociales en el que agradeció a los legisladores que lo respaldaron y afirmó que "este es un gran paso para devolverle la grandeza a Estados Unidos".
Sin embargo, del otro lado del espectro político, los demócratas han advertido que esta ley podría tener consecuencias negativas a largo plazo para la clase media y los sectores más vulnerables del país. Según varios portavoces de la oposición, el plan responde a intereses corporativos y pone en riesgo el equilibrio fiscal sin garantizar mejoras sustanciales para la mayoría de los ciudadanos.
Con la aprobación en la Cámara Baja, ahora el proyecto deberá enfrentar el análisis del Senado, donde se anticipa una batalla igualmente reñida. Aunque los republicanos también tienen presencia significativa en esa cámara, las tensiones internas y la creciente presión pública podrían influir en el resultado final.
Así, mientras el país se prepara para conmemorar un nuevo aniversario de su independencia, el ambiente político sigue polarizado, y las decisiones tomadas en el Congreso seguirán teniendo impacto en la economía nacional y en el clima político de los próximos meses.