Offline
INICIO
En Vivo – Cristian Radio RD
Caso Ingrid Jorge: Justicia impone medidas de coerción por difamación contra procurador adjunto Iván Feliz Vargas
El tribunal impuso medidas de coerción a Ingrid Jorge Pérez, conocida como "La Torita", tras acusaciones de difamación en redes sociales por el procurador adjunto Iván Feliz Vargas.
Por Dj. Cristian Matos
Publicado en 07/09/2025 14:29
Noticias

Caso Ingrid Jorge: Justicia impone medidas de coerción por difamación contra procurador adjunto Iván Feliz Vargas

 

En un acontecimiento que ha captado la atención nacional, el Segundo Juzgado de la Instrucción del Distrito Nacional dictó medidas de coerción contra la comunicadora e influencer Ingrid Altagracia Jorge Pérez, popularmente conocida como “La Torita”, tras ser acusada formalmente de difamación por el procurador adjunto Iván Feliz Vargas.

 

La jueza a cargo del caso, Patricia Padilla, emitió la resolución judicial luego de evaluar los elementos presentados por el Ministerio Público, representado por el fiscal Eduardo Velázquez. La magistrada impuso como medida de coerción el pago de una garantía económica de un millón de pesos dominicanos, a través de un contrato, así como la obligación de presentarse periódicamente ante las autoridades el primer día de cada mes durante un período de seis meses. Además, la jueza ordenó la prohibición de salida del país para la imputada mientras se desarrolla el proceso judicial.

 

Acusación por difamación

 

El conflicto legal se originó a raíz de publicaciones hechas por Ingrid Jorge en diversas plataformas de redes sociales, en las cuales, según la querella, habría difundido informaciones falsas con la intención de dañar la imagen pública, profesional y personal del magistrado Iván Feliz Vargas. El Ministerio Público sostiene que estas declaraciones representan una violación al honor y la reputación del procurador adjunto, lo que justifica una actuación firme y contundente de la justicia.

 

El fiscal del caso, Eduardo Velázquez, fue enfático al declarar a los medios que se trata de un proceso judicial serio y basado en evidencia. "Esta es una acusación sólida, metálica e indestructible", afirmó Velázquez, destacando que el Ministerio Público tiene plena confianza en que el caso se resolverá favorablemente en los tribunales, y no en el tribunal paralelo que representan las redes sociales.

 

Sin espacio para conciliación

 

A diferencia de otros casos similares, donde las partes tienden a llegar a acuerdos extrajudiciales, en esta ocasión el Ministerio Público ha dejado claro que no habrá espacio para la conciliación. La posición ha sido respaldada por el mismo Iván Feliz Vargas, quien ha expresado su determinación de llevar este proceso hasta sus últimas consecuencias, como una forma de defender no solo su nombre, sino la integridad del sistema judicial dominicano.

 

Velázquez agregó que, si fuese necesario, se recurriría incluso a instancias internacionales, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para asegurar que se haga justicia. “No estamos frente a un simple malentendido en redes sociales. Se trata de una campaña sistemática para afectar la honorabilidad de un servidor público que ha dedicado su vida a la justicia. No se trata de fama, se trata de derecho, de verdad y de respeto a las instituciones”, puntualizó.

 

Reacciones en la opinión pública

 

El caso ha generado un intenso debate en la opinión pública. Mientras algunos sectores defienden el derecho a la libertad de expresión, otros apoyan la acción judicial como una forma de frenar la creciente ola de desinformación y ataques personales en las plataformas digitales. El nombre de Ingrid Jorge, quien anteriormente ha sido objeto de controversias públicas, volvió a acaparar titulares, esta vez en el centro de un proceso penal con posibles implicaciones mayores.

 

Juristas, comunicadores, activistas y ciudadanos comunes han expresado opiniones encontradas. Algunos consideran que las medidas de coerción impuestas son adecuadas y proporcionales, dado que no implican prisión preventiva, pero sí establecen límites legales claros. Otros argumentan que se corre el riesgo de usar el sistema judicial para silenciar voces disidentes, lo que podría atentar contra derechos fundamentales.

 

Sin embargo, expertos en derecho penal y en comunicación digital han coincidido en que la libertad de expresión no es un derecho absoluto. "Cuando una opinión se convierte en calumnia o difamación, y afecta la integridad de otra persona, especialmente de un funcionario público, entra en juego la responsabilidad penal", comentó el abogado constitucionalista Jorge Armando Brito.

 

Contexto legal

 

El Código Penal de la República Dominicana contempla sanciones por delitos contra el honor, entre los cuales figuran la injuria, la calumnia y la difamación. Cuando estos hechos se cometen a través de medios masivos de difusión, como lo son las redes sociales, las penas pueden ser agravadas debido al alcance de los contenidos y al potencial daño causado.

 

En este sentido, el proceso que enfrenta Ingrid Jorge podría desembocar en una acusación formal por violación a estos artículos del Código Penal, lo cual, de comprobarse en juicio, podría derivar en sanciones penales y civiles. Además, este caso podría sentar un precedente importante sobre la responsabilidad de los comunicadores e influencers en el uso de sus plataformas.

 

El futuro del caso

 

El equipo legal de la defensa de Jorge aún no ha emitido una declaración pública detallada sobre el curso de acción que tomará. No obstante, fuentes cercanas al entorno de la imputada han adelantado que se prepara una estrategia legal que buscará desmontar las acusaciones basándose en la supuesta falta de intencionalidad y en el derecho constitucional a la libertad de expresión.

 

Por su parte, el Ministerio Público ha dejado entrever que las investigaciones continúan y que en los próximos meses se estará presentando la acusación formal ante el tribunal competente. La expectativa está puesta en que el proceso se lleve a cabo con todas las garantías legales y que se logre esclarecer los hechos con total transparencia.

 

Mientras tanto, la medida de coerción impuesta funcionará como un mecanismo preventivo para asegurar la comparecencia de la imputada y evitar cualquier intento de obstrucción del proceso judicial. La jueza Padilla recordó durante la audiencia que el respeto al debido proceso es fundamental, tanto para los acusadores como para los acusados.

 

Una lección sobre el poder de la palabra

 

El caso de Ingrid Jorge y el procurador Iván Feliz Vargas sirve como un recordatorio del poder que tienen las palabras, especialmente cuando se expresan públicamente. En una era donde las redes sociales han amplificado la voz de cada ciudadano, también se han incrementado los riesgos de que se crucen líneas peligrosas entre la opinión, la verdad y el daño.

 

Este proceso judicial no solo tendrá consecuencias legales para la imputada, sino que también abrirá el debate sobre los límites entre libertad de expresión y responsabilidad comunicacional, en una sociedad cada vez más interconectada y mediática.

 

Comentarios

Chat Online